Yelimar Requena | Prensa LVBP
Caracas.- “Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía”, advirtió alguna vez el poeta francés Anatole France. En el beisbol ese sentimiento es parte del juego. Esta temporada en la capital falta la presencia cotidiana de Víctor Garate, quien se ha mudado a Maracay para seguir escribiendo su historia y demostrar que, más allá de la nostalgia, los grandes jugadores no le temen a los cambios.
“El beisbol es un ratico para cada uno, es verdad uno se encariña con las camisetas pero más grande es el amor por el deporte. Uno quiere jugar con quien le dé la oportunidad. Estoy feliz de estar en el equipo de mi casa, Maracay. Si quieres ser exitoso, debes adaptarte”.
Su llegada a los Tigres de Aragua, después de ser obtenido junto con Guillermo Moscoso del Caracas a cambio del prospecto Gleyber Torres, lo ha encontrado con su natal Maracay. Una ciudad que aun, a sus 33 años de edad, le emociona y conquista como cuando era apenas un niño que soñaba con llegar a las Grandes Ligas.
Garate, que debutó en nuestra pelota en la temporada 2006-2007 e hiló 10 exitosas temporadas con los Leones del Caracas, comenzó a explotar su pasión por el juego desde los cinco años, cuando sus padres se empeñaron en hacerlo pelotero. ¿Quién habría de pensar que aquel pequeño que comenzó en el equipo Veteranitos se convertiría en figura de cubes de tanta tradición?
De seguro, esa escena era inminente para la señora Susana y de allí su insistencia en que su hijo Víctor nunca desistiera de jugar en la pelota profesional venezolana.
Amante de la gastronomía criolla y de la buena música, sin ser el mejor de los bailarines, Garate se presenta a sí mismo como un hombre de fe que cree en la familia como fuente de valores. Su joven matrimonio con Daniela Rodríguez evidencia su apuesta por un hogar sólido como el que lo hizo el pelotero que es hoy día.
“Para todos los peloteros la familia tiene un sentido especial, el estar lejos de casa hace que valoremos más y más el calor de nuestra gente”, destacó el zurdo, que se estrenó en las Mayores en 2009, con los Nacionales de Washington.
Víctor Gárate siempre desea regresar a casa para reencontrarse con sus cariños
Estar con mi familia, disfrutar de tu casa es lo más sabroso. Eso lo sabemos muy bien los que no podemos estar en nuestra casa todos los días.
Mi padre, Víctor Gárate.
Mi familia, mis padres en especial porque siempre supieron que yo tenía talento.
Nunca decaigas.
Ken Griffey Jr.
Cuando llegué a las Grandes Ligas. (El 5 de septiembre hasta el 22 de septiembre de 2009 con los Nacionales de Washington).
Orber Moreno. Mi hermano, mi dupla por muchos años. Siempre admiré su forma de ver el juego, su madurez.
Debe estar comprometido al 100%. Hay noches que te va a tocar dormir en un autobús, te perderás momentos familiares importantes, habrá días en los que tengas malestar y no puedes irte a casa, como en un trabajo común. Habrá momentos en los que te sentirás a tono pero el manager te quitará la pelota y te iras a regañadientes, habrá días en los que querrás ayudar a tu equipo pero las cosas sencillamente no saldrán como esperas. Para superar todo eso es necesario estar comprometido. Si no, es mejor buscar otro oficio.
Nada, es perfecto tal y como es.
Luis Jiménez. Me ha dado cuatro jonrones ¿quieres más? (risas).
En un juego en EEUU, estaba lloviendo y cuando me llamaron salí trotando del bullpen y me resbale… ¡Dios!, mi uniforme blanco, ni quise voltear a ver a los fanáticos. Me levante y seguí como si nada todo lleno de tierra, pero que pena.
La constancia. Solo quienes persisten logran sus objetivos
De mi madre Susana, esa señora tiene más carácter que cualquier manager que haya conocido.
La sencillez.
No lo sé, pero creo que es importante lo que dicen de mí cuando estoy de frente.
A pelotero (risas).
El de la UCV.
Maracaibo por la comida. Amo comer.
Ser un buen padre. Un buen ejemplo.
Me gustaría estar cerca del beisbol pero como directivo, scout, agente. Creo en la generación de relevo. Ahora es cuando queda beisbol en Venezuela.